Hoy en día comer sano es una tarea casi imposible, a no ser que tengas la cartera llena. Probablemente comas estos alimentos de vez en cuando, pero cuando leas de qué están hechos no volverás a probarlos.
1. Quesos de untar.
Los quesos de untar no tienen buena fama para adelgazar en una dieta equilibrada y saludable, y es que, evidentemente, si se quiere consumir queso es mejor que esté curado para aportar nutrientes a nuestro organismo. A pesar de eso, este tipo de cremas se suelen usar para las tostadas o bocadillos. Pero, ¿sabemos realmente lo que estamos comiendo?
El principal problema de estos quesos es que son una bomba calórica para el cuerpo, además de no ser apropiado para el colesterol ni la hipertensión por las grandes cantidades de sal que contienen. Están hechos a base de lácteos fermentados a los que se les añade leche, nata y una serie de aditivos y sal. A los que son de sabor es se les añaden potenciadores de sabor. Lo mejor es que, si se van a consumir, lo hagamos de los que son bajos en sal o light.
El principal problema de estos quesos es que son una bomba calórica para el cuerpo, además de no ser apropiado para el colesterol ni la hipertensión por las grandes cantidades de sal que contienen. Están hechos a base de lácteos fermentados a los que se les añade leche, nata y una serie de aditivos y sal. A los que son de sabor es se les añaden potenciadores de sabor. Lo mejor es que, si se van a consumir, lo hagamos de los que son bajos en sal o light.
2. Salchichas.
Por mucho que las vendan como carne de pavo o de vacuno, lo cierto es que la mezcla que tienen es muy asquerosa. Su elaboración se realiza con restos de animales, desde el cerdo a la gallina, pero las partes del cuerpo que se utilizan no son las que pensamos. En realidad, pueden añadir el estómago y el hocico del cerdo, además del labio e hígado de la vaca, o el bazo del cordero. La carne que contienen es muy baja, por lo que el resto de su composición son restos y recortes del cerdo, como de su hocico o de su hígado.
También necesitan de una gran cantidad de potenciadores de sabor, colorantes y mucha sal. Su textura cremosa es fruto del agua fluorada, a lo que se le tiene que añadir almidón, jarabe de maíz, colorante rojo (que explicamos en la siguiente página de qué está hecho), sodio y polifosfatos. En definitiva, mejor no comerlas.
Lo primero que hay que saber es diferenciar entre los que son patés y los que son foie gras. El primero está conseguido de una mezcla de las vísceras de animales, como la vaca, el cerdo o el pollo, añadiendo harina, especias, leche y aditivos para su conservación. Tan solo lleva un poco de hígado, para darle el suficiente sabor.
Sin embargo, el foie gras, que es mucho más caro que el paté, está hecho íntegramente de hígado de pato, oca o ganso, aunque el proceso para conseguirlo no es muy agradable. Se les alimenta excesivamente, hasta que engordan de forma abusiva, para que tengan un hígado mucho más graso de lo habitual.
El consumo de ambos productos debe hacerse con cautela y nunca en exceso, ya que ambos son muy calóricos y no resultan saludables si se consumen frecuentemente.
El ácido perfluorooctanoico (PFOA) se ha relacionado con infertilidad y una serie de otros problemas de salud. Por ejemplo, estos productos químicos que confunden el género de las personas, pueden alterar el sistema endocrino y afectar sus hormonas sexuales, también han sido vinculados con enfermedad de la tiroides, cáncer, problemas del sistema inmune, y aumento de los niveles de colesterol LDL.
Hacer palomitas de maíz "en casa" es simple, y le permite poner la cantidad de sal y sazón deseado. Le recomiendo el uso de la nutritiva y deliciosa sal Rosa del Himalaya en lugar de sal de mesa procesada. Las palomitas de maíz de microondas típicamente contienen nocivas grasas trans (aunque algunas marcas utilizan el saludable aceite de palma en lugar de aceite de canola o soya).
Si opta por consumir palomitas de maíz (recuerde que no es el alimento más saludable) por lo menos use maíz orgánico y un aceite mucho más saludable como el aceite virgen de coco orgánico y combínelo con mantequilla orgánica de leche de vacas alimentadas con pastura.
El agua normal, pura, es la mejor bebida saludable que pueda consumir, y el agua es necesaria para sobrevivir. Sin embargo, las campañas de marketing engañosas han logrado convertir una parte esencial de su alimentación en un desastre puro... Ahora cada vez vemos más marcas de agua con sabor, agua "cero calorías" y las tan llamadas "mejoradas" o "funcionales" en el mercado.
Evite todos esos productos.
Típicamente, a esas aguas se les agrega endulzantes y colorantes artificiales, mencionados con letras microscópicas a un costado del envase. Estos productos de agua “mejorada” también pueden contener grandes cantidades de azúcar y fructosa, añadiendo a los numerosos problemas de salud causados por el consumo excesivo de fructosa e ingredientes transgénicos (ya que una cantidad desconocida de jarabe de maíz de alta fructosa está hecho de maíz transgénicos). Es evidente que cualquier tipo de agua que no sea agua purificada NO mejorara su salud, y debe evitarse por completo.
Adicionalmente, los productos químicos de plástico pueden filtrarse a las botellas y contaminar el agua, así como los ftalatos y el bisfenol-A (BPA). Además de todo el problemas de basura generado por el plástico, que está causando estragos en el medio ambiente. Su mejor opción es el agua limpia y pura, simplemente instalar un filtro de agua de alta calidad en su grifo, o toda la casa.
También necesitan de una gran cantidad de potenciadores de sabor, colorantes y mucha sal. Su textura cremosa es fruto del agua fluorada, a lo que se le tiene que añadir almidón, jarabe de maíz, colorante rojo (que explicamos en la siguiente página de qué está hecho), sodio y polifosfatos. En definitiva, mejor no comerlas.
3. Paté.
Los conocidos foie gras que se venden en los supermercados son consumidos como complemento de muchas comidas o como base de un sándwich, por ejemplo. Los hay de todas las marcas, variedades y sabores, pero solo sabemos que la mayoría están hechos a base de hígado de pato. Con lo caro que resulta el pato y el hígado de cualquier animal, es difícil creerse que los ingredientes principales sean estos.Lo primero que hay que saber es diferenciar entre los que son patés y los que son foie gras. El primero está conseguido de una mezcla de las vísceras de animales, como la vaca, el cerdo o el pollo, añadiendo harina, especias, leche y aditivos para su conservación. Tan solo lleva un poco de hígado, para darle el suficiente sabor.
Sin embargo, el foie gras, que es mucho más caro que el paté, está hecho íntegramente de hígado de pato, oca o ganso, aunque el proceso para conseguirlo no es muy agradable. Se les alimenta excesivamente, hasta que engordan de forma abusiva, para que tengan un hígado mucho más graso de lo habitual.
El consumo de ambos productos debe hacerse con cautela y nunca en exceso, ya que ambos son muy calóricos y no resultan saludables si se consumen frecuentemente.
4. Patatas Pringles.
Las Pringles se elaboran con menos de un 50% de patata, de polvo de arroz, trigo, maíz y copos de patata, además de añadirles aditivos como el E-471 y saborizantes como maltodextrina. Este polvo, que se mezcla con agua, luego se comprime para formar una banda continua y muy fina de un metro de ancho. La masa se corta entonces en trozos ovalados, que luego introducen en un molde curvo que se fríe en aceite hirviendo durante once segundos. Al retirarlo, un ventilador se encarga de quitar el exceso de aceite y, finalmente, las Pringles pasan por un doble chorro de polvo de sal aromatizada.
NO ES MÁS QUE CÁNCER EN CONSERVA.
Casi ninguno de nosotros puede resistirse a los aperitivos salados; su sabor ahumado y especiado suele ser delicioso, su textura crujiente y fundente los hace irresistibles en el paladar y, una vez abierto el paquete, se necesita una voluntad férrea para no comérselo entero (como decía el slogan publicitario de Pringles, “cuando haces pop, ya no hay stop”).
Por si fuera poco, su sal nos hace salivar y activa la sensación de apetito en el estómago; y, al transformarse casi de inmediato en glucosa, estos aperitivos disparan nuestros niveles de azúcar en sangre, proporcionando al cerebro oleadas de placer.
Por desgracia, estos breves momentos de bienestar van asociados a una desagradable sensación de saciedad, pero sin dejar realmente de tener hambre, y las consecuencias a largo plazo son nefastas para la salud.
De hecho, la patata y la harina, al freírse en aceite hirviendo, dan lugar a multitud de compuestos tóxicos, algunos de ellos potencialmente cancerígenos.
El ingrediente más peligroso de las patatas fritas y de este tipo de aperitivos no es, por tanto, un aditivo, sino un compuesto que se forma durante la cocción: la acrilamida.
La acrilamida es un compuesto químico neurotóxico que aparece durante la cocción de las féculas a altas temperaturas. Afecta a la fertilidad masculina y provoca malformaciones congénitas.
Se trata de una molécula resultante del proceso denominado “glicación”.
Un estudio financiado por la Unión Europea ha demostrado que existe una relación proporcional entre una tasa elevada de acrilamida en sangre y el desarrollo del cáncer de mama. Los autores subrayan, en todo caso, que su estudio no prueba la existencia de una relación directa entre la acrilamida presente en los alimentos y el cáncer, si bien aluden a dicha posibilidad, que debería confirmarse mediante estudios más exhaustivos.
¿Quieres una? Haz "POP" y ya no habrá STOP!.
Son muy utilizados en las ensaladas para darles sabor y hacerlas más ricas. Su consumo está extendido por todo el mundo, pero si te gustan muchísimo mejor que no sigas leyendo…
Resulta que lo venden como palitos de cangrejo, porque su sabor recuerda al del crustáceo, pero de cangrejo tiene muy poco, por no decir nada. Su composición se llama surimi, una sustancia que descubrieron los japoneses hace muchos años y que ahora es tan popular en tantos puntos del planeta. Pero, ¿de qué está hecho?
Se obtiene de un picadillo de músculo de carne de pescado blanco, que se hace gracias al lavado repetido de diversos tipos de productos marinos, como la merluza, la caballa o el bacalao. Se mezclan para retirarles todas las escamas, espinas, piel, vísceras y sangre durante unos minutos y en varias ocasiones, hasta que los enfrían y calientan, sucesivamente, unos 40 minutos. Al terminar, solo queda una pasta blanca a la que se le tiene que añadir los aditivos para su conservación, además de almidón, sal, potenciadores de sabor, azúcar y otros productos que no son nada naturales. Cuando se tiene todo mezclado, solo queda congelarlo y esperar a que se les dé el color rosado característico de encima con colorantes y saborizantes.
En definitiva, a lo que llamamos palitos de cangrejo no es el producto más natural del mundo, ni mucho menos sano, por todos los ingredientes químicos y aditivos que lleva. No se recomienda consumirlos más de un par de veces al mes y tampoco que sea una comida habitual para los niños.
NO ES MÁS QUE CÁNCER EN CONSERVA.
Casi ninguno de nosotros puede resistirse a los aperitivos salados; su sabor ahumado y especiado suele ser delicioso, su textura crujiente y fundente los hace irresistibles en el paladar y, una vez abierto el paquete, se necesita una voluntad férrea para no comérselo entero (como decía el slogan publicitario de Pringles, “cuando haces pop, ya no hay stop”).
Por si fuera poco, su sal nos hace salivar y activa la sensación de apetito en el estómago; y, al transformarse casi de inmediato en glucosa, estos aperitivos disparan nuestros niveles de azúcar en sangre, proporcionando al cerebro oleadas de placer.
Por desgracia, estos breves momentos de bienestar van asociados a una desagradable sensación de saciedad, pero sin dejar realmente de tener hambre, y las consecuencias a largo plazo son nefastas para la salud.
De hecho, la patata y la harina, al freírse en aceite hirviendo, dan lugar a multitud de compuestos tóxicos, algunos de ellos potencialmente cancerígenos.
El ingrediente más peligroso de las patatas fritas y de este tipo de aperitivos no es, por tanto, un aditivo, sino un compuesto que se forma durante la cocción: la acrilamida.
La acrilamida es un compuesto químico neurotóxico que aparece durante la cocción de las féculas a altas temperaturas. Afecta a la fertilidad masculina y provoca malformaciones congénitas.
Se trata de una molécula resultante del proceso denominado “glicación”.
Un estudio financiado por la Unión Europea ha demostrado que existe una relación proporcional entre una tasa elevada de acrilamida en sangre y el desarrollo del cáncer de mama. Los autores subrayan, en todo caso, que su estudio no prueba la existencia de una relación directa entre la acrilamida presente en los alimentos y el cáncer, si bien aluden a dicha posibilidad, que debería confirmarse mediante estudios más exhaustivos.
¿Quieres una? Haz "POP" y ya no habrá STOP!.
5. Palitos de cangrejo.
Son muy utilizados en las ensaladas para darles sabor y hacerlas más ricas. Su consumo está extendido por todo el mundo, pero si te gustan muchísimo mejor que no sigas leyendo…
Resulta que lo venden como palitos de cangrejo, porque su sabor recuerda al del crustáceo, pero de cangrejo tiene muy poco, por no decir nada. Su composición se llama surimi, una sustancia que descubrieron los japoneses hace muchos años y que ahora es tan popular en tantos puntos del planeta. Pero, ¿de qué está hecho?
Se obtiene de un picadillo de músculo de carne de pescado blanco, que se hace gracias al lavado repetido de diversos tipos de productos marinos, como la merluza, la caballa o el bacalao. Se mezclan para retirarles todas las escamas, espinas, piel, vísceras y sangre durante unos minutos y en varias ocasiones, hasta que los enfrían y calientan, sucesivamente, unos 40 minutos. Al terminar, solo queda una pasta blanca a la que se le tiene que añadir los aditivos para su conservación, además de almidón, sal, potenciadores de sabor, azúcar y otros productos que no son nada naturales. Cuando se tiene todo mezclado, solo queda congelarlo y esperar a que se les dé el color rosado característico de encima con colorantes y saborizantes.
En definitiva, a lo que llamamos palitos de cangrejo no es el producto más natural del mundo, ni mucho menos sano, por todos los ingredientes químicos y aditivos que lleva. No se recomienda consumirlos más de un par de veces al mes y tampoco que sea una comida habitual para los niños.
6. Gulas.
Las tarrinas de gulas frescas o congeladas se han convertido en un rico plato para comer o cenar que se puede acompañar con casi cualquier cosa. Aun así, casi nadie sabe exactamente lo que come, ya que está claro que angula no es porque no está al alcance de los bolsillos de casi nadie.
Al igual que los palitos de cangrejo, están hechas de surimi, el picadillo de pescado blanco mezclado a base de abadejo (similar al bacalao), pero no contienen tantos aditivos como estos. A la mezcla final se le añade una mezcla de aceites vegetales, harina de trigo, soja, clara de huevo, tinta de calamar o de sepia y extractos de almeja. Aunque es un alimento del todo artificial, lo cierto es que es bastante saludable por su gran contenido en proteínas de pescado, dependiendo de la marca que compremos, claro. Tienen un bajo nivel en colesterol y grasa, además de ser muy fáciles de digerir. Eso sí, cuidado con abusar de ello.
Al igual que los palitos de cangrejo, están hechas de surimi, el picadillo de pescado blanco mezclado a base de abadejo (similar al bacalao), pero no contienen tantos aditivos como estos. A la mezcla final se le añade una mezcla de aceites vegetales, harina de trigo, soja, clara de huevo, tinta de calamar o de sepia y extractos de almeja. Aunque es un alimento del todo artificial, lo cierto es que es bastante saludable por su gran contenido en proteínas de pescado, dependiendo de la marca que compremos, claro. Tienen un bajo nivel en colesterol y grasa, además de ser muy fáciles de digerir. Eso sí, cuidado con abusar de ello.
7. Cereales.
8. Palomitas de microondas.
Los perfluoroalquilos - los productos químicos que impiden que la grasa se filtre a través de las envolturas de los alimentos están siendo ingeridos por personas a través de sus alimentos y se presentan en la sangre como contaminantes. Una fuente común de estas sustancias químicas peligrosas son las bolsas de palomitas de maíz de microondas...El ácido perfluorooctanoico (PFOA) se ha relacionado con infertilidad y una serie de otros problemas de salud. Por ejemplo, estos productos químicos que confunden el género de las personas, pueden alterar el sistema endocrino y afectar sus hormonas sexuales, también han sido vinculados con enfermedad de la tiroides, cáncer, problemas del sistema inmune, y aumento de los niveles de colesterol LDL.
Hacer palomitas de maíz "en casa" es simple, y le permite poner la cantidad de sal y sazón deseado. Le recomiendo el uso de la nutritiva y deliciosa sal Rosa del Himalaya en lugar de sal de mesa procesada. Las palomitas de maíz de microondas típicamente contienen nocivas grasas trans (aunque algunas marcas utilizan el saludable aceite de palma en lugar de aceite de canola o soya).
Si opta por consumir palomitas de maíz (recuerde que no es el alimento más saludable) por lo menos use maíz orgánico y un aceite mucho más saludable como el aceite virgen de coco orgánico y combínelo con mantequilla orgánica de leche de vacas alimentadas con pastura.
9. Agua enbotellada y "funcionales".
Evite todos esos productos.
Típicamente, a esas aguas se les agrega endulzantes y colorantes artificiales, mencionados con letras microscópicas a un costado del envase. Estos productos de agua “mejorada” también pueden contener grandes cantidades de azúcar y fructosa, añadiendo a los numerosos problemas de salud causados por el consumo excesivo de fructosa e ingredientes transgénicos (ya que una cantidad desconocida de jarabe de maíz de alta fructosa está hecho de maíz transgénicos). Es evidente que cualquier tipo de agua que no sea agua purificada NO mejorara su salud, y debe evitarse por completo.
Adicionalmente, los productos químicos de plástico pueden filtrarse a las botellas y contaminar el agua, así como los ftalatos y el bisfenol-A (BPA). Además de todo el problemas de basura generado por el plástico, que está causando estragos en el medio ambiente. Su mejor opción es el agua limpia y pura, simplemente instalar un filtro de agua de alta calidad en su grifo, o toda la casa.
10. Manzanas convencionales.
Al igual que las patatas, las manzanas, al no desarrollar resistencia a las plagas, son pulverizadas con pesticidas muy frecuentemente. Consejo:comprar manzanas orgánicas. Si no (y esto lo digo yo), pelar las manzanas o lavarlas y frotarlas mucho antes de hincarles el diente.
Por desgracia, ni visto batas blancas, ni tengo tubos de ensayo en casa con los que analizar los alimentos de los que se habla en este artículo, pero escucho y leo a los expertos en todo lo que tiene que ver con la salud y la alimentación, y hay cosas que no acaban de pasar por el filtro del sentido común de uno. Sea por esto mismo, sea por pura ignorancia, o sea porque el análisis publicado en Prevention se apoya en conclusiones extraídas de análisis científicos, lo cierto es que me siento con el derecho de dudar de estos alimentos, y también de compartir mis dudas.
Todos hemos oído eso de: “los niveles de tal sustancia contenidos por tal producto, se encuentran dentro de los márgenes de lo permitido”; pero al hilo de esto, a muchos nos surgen preguntas como: ¿dónde está el límite de lo permitido y lo no permitido?, ¿hasta qué punto unos niveles permitidos no pueden causar, aplicados al conjunto de los alimentos, efectos nocivos en el organismo?, ¿acaso muchas sustancias en los niveles establecidos son inocentes simplemente porque no se ha podido demostrar lo contrario?, ¿teniendo en cuenta los antecedentes, es posible que lo que hoy se considera como “permitido”, mañana pase a no serlo? Pido perdón por mi ignorancia.
Por desgracia, ni visto batas blancas, ni tengo tubos de ensayo en casa con los que analizar los alimentos de los que se habla en este artículo, pero escucho y leo a los expertos en todo lo que tiene que ver con la salud y la alimentación, y hay cosas que no acaban de pasar por el filtro del sentido común de uno. Sea por esto mismo, sea por pura ignorancia, o sea porque el análisis publicado en Prevention se apoya en conclusiones extraídas de análisis científicos, lo cierto es que me siento con el derecho de dudar de estos alimentos, y también de compartir mis dudas.
Todos hemos oído eso de: “los niveles de tal sustancia contenidos por tal producto, se encuentran dentro de los márgenes de lo permitido”; pero al hilo de esto, a muchos nos surgen preguntas como: ¿dónde está el límite de lo permitido y lo no permitido?, ¿hasta qué punto unos niveles permitidos no pueden causar, aplicados al conjunto de los alimentos, efectos nocivos en el organismo?, ¿acaso muchas sustancias en los niveles establecidos son inocentes simplemente porque no se ha podido demostrar lo contrario?, ¿teniendo en cuenta los antecedentes, es posible que lo que hoy se considera como “permitido”, mañana pase a no serlo? Pido perdón por mi ignorancia.